
Washington, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó este viernes su intención de imponer aranceles recíprocos a partir del 2 de abril, asegurando que la medida no tendrá excepciones, aunque dejó abierta la posibilidad de cierta “flexibilidad” en su aplicación.
Desde la Casa Blanca, el mandatario explicó que estos nuevos impuestos buscan equilibrar el comercio internacional, pues considera que Estados Unidos ha sido estafado durante años en materia comercial. Además, justificó la medida como una herramienta para presionar a México, Canadá y China en temas de comercio y en el combate al tráfico de fentanilo.
«Impondremos lo que nos impongan. Haremos lo que nos hagan», declaró Trump, dejando claro que su administración adoptará un enfoque de reciprocidad en sus políticas comerciales.
El presidente también calificó el 2 de abril como el «Día de la Liberación de Estados Unidos», argumentando que los aranceles corregirán una «injusticia» que ha afectado a su país durante décadas.
“Nos han estafado en comercio y en defensa. Protegemos a otros países y no hacen nada por nosotros. Ahora ese dinero volverá en forma de aranceles”, añadió.
La decisión ha generado una respuesta mixta en el ámbito político y empresarial. Mientras algunos sectores aplauden la medida como una estrategia para fortalecer la economía estadounidense, otros advierten sobre sus posibles repercusiones en el comercio y el empleo.
Expertos advierten que la imposición de aranceles recíprocos podría provocar represalias por parte de otros países, lo que aumentaría la incertidumbre en los mercados internacionales. Sin embargo, la administración Trump defiende la medida como un paso necesario para garantizar que Estados Unidos reciba un trato justo en el comercio global.
Con el 2 de abril en el horizonte, el mundo observa con atención las posibles consecuencias de esta política en la economía internacional.